


Llevamos más de 38 años enseñando una forma de vida saludable a los burgaleses, a través del Karate, Jiseido, Chikung-Kiko y Taichi-chuan Explorar actividades El equipo Más de 36 años enseñando una forma de vida saludable a los burgaleses.
Mis 2 hijos han ido desde pequeñitos y están encantados. Han conseguido sus cinturones negros y ahí siguen. Son una gran familia que te hacen sentir partícipes de todo y tratan a todo el mundo con una amabilidad y una gran sonrisa. Desde q entras por la puerta se respira una gran paz. Lugar recomendable 100% para cualquier edad.
Quiero expresar mi más sincero agradecimiento y admiración por el extraordinario equipo de las clases extraescolares de Karate. La profesionalidad que demuestran en cada sesión es verdaderamente admirable, asegurando que cada alumno reciba la mejor instrucción posible. Estas clases no solo destacan por su alto nivel técnico, sino también por el ambiente familiar y acogedor que crean. Cada uno de los instructores es increíblemente respetuoso y dedicado, haciendo que tanto padres como alumnos se sientan siempre bienvenidos y valorados. La manera en que tratan a sus alumnos es ejemplar, proporcionando un entorno en el que todos se sienten motivados y apoyados. Gracias a ellos, asistir a cada clase es una experiencia que se espera con entusiasmo y alegría, siempre con ganas de aprender y mejorar. Sin duda, su compromiso y pasión por enseñar karate son evidentes en cada detalle, haciendo de estas clases un espacio ideal para el desarrollo personal y deportivo de todos los participantes.
Totalmente recomendable, mi hijo lleva en la academia unos 6 años y va súper contento, no solo aprende karate niño que allí trabajan con ellos mucho valores importantes para la vida diaria como el respeto, la empatía, el saber estar …. Y lo Más importante son muy cariñosos con los niños.
Increíbles profesionales de las artes marciales. Sus doctrinas y enseñanzas van mucho más allá de la práctica física de un deporte y hay que destacar la organización y valores que inculcan a tanto a los más peques como a los adultos. No es solo un gimnasio, te sientes en familia.
Llevo 24 años en Karate en el Centro Ananko y mi hijo estuvo 14 años. Y sigo valorando a las personas que lo dirigen como de una gran profesionalidad, todo en un ambiente agradable y con un enfoque hacia la salud integral que beneficia tanto a los adultos como a los niños.